Más allá de la diversión y el interés creciente por la
robótica a nivel escolar, esta disciplina, aplicada con metodología y una
orientación clara puede enriquecer y facilitar el aprendizaje de contenidos
curriculares.
Entrevista a Violeta Arancibia de PENTA UC Violeta Arancibia lleva tiempo trabajando con su equipo en
los fundamentos metodológicos y las formas en cómo debiera aplicarse la
robótica en el contexto de la sala de clases. "La robótica en sí misma es un desafío cognitivo".
Con estas palabras, Violeta Arancibia, Directora del Centro de Estudios y
Desarrollo de Talentos de la Universidad Católica, PENTA UC, sintetiza la
riqueza pedagógica de la robótica escolar. Y bien lo sabe Violeta. La institución que dirige está
orientada a entregar una oportunidad a aquellos niños y jóvenes que provienen
de lugares socialmente desaventajados, de forma que puedan desarrollar su
potencial talento académico y así poder satisfacer sus necesidades educativas. Con este fin, hace casi 10 años, volvieron sus ojos e
interés a la programación y a la robótica, como un medio de relevar el talento
de estos niños. Experiencia que ha crecido con el tiempo. Para Violeta, la robótica, "es un excelente medio para
desarrollar y aplicar contenidos de ciencias y tecnología, por medio de la
resolución de problemas concretos". De esta forma, permite a los
estudiantes experimentar la aplicación práctica de diferentes conceptos de
física, matemáticas y tecnología, enriqueciendo y facilitando el aprendizaje de
contenidos curriculares.
Robótica en la sala de clases Violeta Arancibia lleva tiempo trabajando con su equipo en
los fundamentos metodológicos y las formas en cómo debiera aplicarse la
robótica en el contexto de la sala de clases. En este sentido, pone énfasis en que, para que la robótica
sea metodología efectiva en el aprendizaje de contenidos curriculares, es
preferible trabajarla por separado, es decir, por un lado los hombres y por
otro las mujeres. Esto último, porque en sus años de experiencia ha comprobado
que los estudiantes trabajan y avanzan mejor, mientras lo hagan dentro de un
mismo equipo de género.
Por otra parte, la directora de PENTA UC nos detalla
claramente los aportes que la robótica puede hacer por el desarrollo académico
e intelectual de los alumnos. Al respecto menciona 5 puntos específicos: Disciplina y rigor: por medio de la programación, la
manipulación de instrumentos tecnológicos y la responsabilidad de lo que
implica el trabajo en equipo, los alumnos adquieren conciencia de la
importancia de ser ordenados y comprometidos con lo que se está desarrollando.
Deducción e inducción: los estudiantes trabajan ambas
habilidades de forma directa. En el momento en que enfrentan un problema,
buscan una solución y continúan avanzando en el desarrollo de su proyecto,
utilizando toda su capacidad creativa. Abstracción: mediante el proceso de programación, los
estudiantes son capaces de conceptualizar una fórmula en una acción concreta:
programar el robot.
Resultado visible: la robótica permite a los estudiantes
evidenciar el resultado de los procesos llevados a cabo: desde la construcción
del robot, la programación de sus acciones hasta ver al robot ejecutándolas. Es
decir, ven que no sólo hay una fórmula, sino también un producto.
Trabajo en equipo: la robótica potencia el trabajo
colaborativo entre pares. A lo largo del proceso, los alumnos toman conciencia
de que juntos los resultados que se quieren lograr se hacen más viables.
Cuestión de motivación y desarrollo Para que los puntos antes mencionados se logren, no sólo es
importante tener un alumno interesado por la robótica, sino que también, a un
profesor motivado, que sepa de programación y robótica, señala Violeta
Arancibia. Desde su punto de vista, la robótica debiera instaurarse en
todos los colegios como un taller y no a nivel curricular, como parte de una
asignatura ¿Por qué? "Porque la robótica se potencia con la participación
e interés de los alumnos y no a todos los estudiantes les motiva esta
actividad. Es preciso justamente, dejar de estandarizar a nuestros alumnos y
velar por potenciar sus intereses y talentos individuales", explica. Arancibia enfatiza que la robótica sí es necesaria en el
contexto escolar y por tanto debiera ser considerada a nivel de toma de
decisiones educativas: "debemos formar científicos, como parte del
desarrollo del país. Para eso, hay que comenzar por los niños, enseñándoles a
programar, a abstraer acciones, a inducir y deducir, a conocer el lenguaje en
otra perspectiva". "No podemos ser solo usuarios de la tecnología,
sino que debemos aspirar a ser creadores de ésta".
Tomado de: http://www.educarchile.cl/